martes, 1 de marzo de 2016

Malditos cuadernos con escritos secretos.

Iba a coger un cuaderno, escribir, garabatear, cualquier cosa pero en el. Y encontrarme con un escrito tuyo del 16-11-14. Creo que una semana o asi antes de todo. Y solo me pregunto una cosa.

¿Seras feliz?

Porque despues de todo, te sigo extrañando, y te recuerdo, a menudo, pero solo esperando lo mejor para ti. Sigo roto, pero no me importa, sigo sintiendome incompleto. Pero sigo.

Y escribiendo esto, noto los ojos cansados, demasiadas noches sin dormir ya la costumbre, pero no por ti tranquila. Y una extraña sonrisa en mi cara. Tal vez sea felicidad? Osea, me refiero, quiero pensar que eres feliz, que dentro de lo que cabe, te van bien las cosas. Por lo que has sido para mi.

Porque el tiempo siempre pasa despacio, deprisa cuando el quiere, caprichoso, pero bondadoso a su manera. Y no se, pero quiero pensar en que algun dia, querra regalarnos un cafe en alguna cafeteria y mirarnos como adultos.

Una cosa que queria añadir. A veces me preguntan por mi lobo y sin titubear les digo que me lo hice por ti, que aunque acabasemos fatal, algun dia dejaria de sentir dolor y que al verlo queria recordar todos los buenos momentos.

Recordarte a ti.

Y siempre es asi.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Cualquiera

Cualquiera podría pasar por sus brazos, bajarle los pantalones y marcarle las uñas en la espalda, pero sin duda, ninguna sería ella. Tenía claro que pasara el tiempo que pasara la buscaría en cada una de las miradas que se cruzara en cualquier ciudad del mundo, en cada uno de los labios que tuviera que morder por matar las ganas.

Cualquiera podría besarle el cuello, descender por su pecho, acariciarle la nuca, pero sin duda, ninguna sería ella. Tenía claro que aunque pasaran los días, los meses, los años o la vida entera, la buscaría en cada letra de cada canción, en cada mujer, en cada historia de amor que cuentan las películas.
Cualquiera podría llevarse su corazón, si aún lo tuviera. Pero no, se lo quedó ella.

martes, 2 de febrero de 2016

Nunca, nada, nadie.

Nunca, nada, nadie.
Nada importa cuando los clavos de la incertidumbre apuntalan tus certezas contra el muro del olvido. Nada importa cuando en mil trocitos rompes, contra el suelo, esas lagrimas de hielo que arroja el iceberg de tu mirada.

De nada importa anclarse, ni aferrarse, ni fundirse con el hierro de las bastas armaduras. De nada vale hundirse en las arenas movedizas ni rendirse ante las rejas de una cárcel.
De nada ni de nadie vale la pena esconderse, mientras dure tu camino no encontraras mayor grandeza que la de mirar con orgullo a los ojos de todo aquello cuanto te rodea, de pensar en lo que abunda tras la fina y sutil línea del horizonte.

De soñar, de reir y de volar que nadie te aparte jamas, ni de sufrir, ni de sangrar, ni de llorar, que nadie te arrebate el derecho a sentir este desdichado mundo.
Nunca me he creido las mentiras de mi lengua vagabunda, mucho menos me he creido las verdades que atestiguan mis retinas, pero al fin y al cabo siempre me he caído en las aceras, voraz y extenuado, tras dejar que los trileros una y otra vaz, me arrebatasen esta enclenque sombra, deslumbrada una vez mas por la fragil voluntad que me sostiene.

Nunca he claudicado, nunca me he rendido, jamas he declarado en favor ni en contra de mis actos, de mis actos incesantes, afilados y desnudos como cuchillos hambrientos o como espinas en un cactus malherido, mis actos, esos que me han hecho sentir con su dolor la inescrutable vida.
Por que nunca, nada, nadie me ha hecho sentir peor de lo que yo me he hecho sentir a mi mismo
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Nunca, nada... Nadie.